A veces sé que canso, pero es necesario y pertinente al equilibrio de mi ser, el desahogo de estos dolores. Segura de que podrían tornarse alegría, si tan solo desbloqueara mi mente, y descontracturara al corazón que hago bombear contra el torrente sanguíneo, tan libre en la prisión de esta piel...
A veces sé que no dejo fluir las palabras, que aprisiono pasiones, que lloro en silencio secando mis lágrimas desde adentro.
A veces, solo aveces, me doy cuenta de eso. De que contengo mi voz, y por poco no enmudezco.
Si no me exigiera tanto control, ¡ay! qué sería de mi cuerpo.
Qué dirían estos labios que se mueren por rozarte, recorrerte y desnudarte con besos. Qué harían estas manos, atiborradas de deseo. Cómo apartarían estos ojos la mirada de los tuyos que me evitan y, sé, pueden ver que te quiero (Qué haría yo, si me doy cuenta de que puedo hacerlo)
A veces, solo a veces me doy cuenta de que no me hace muy bien soñar este sueño; entonces pienso en contarte que por vos estoy muriendo.
A veces, pienso que me guardo este (casi) secreto porque no me animo a cargar la realidad con mi cuerpo; que es más fácil fantasear que sentir, arriesgar... que ver qué es lo que quiero y empezar a luchar por ello. Aveces pienso que es comodidad, otras siento que es miedo.
si le falta coherencia a lo escrito, si está mal redactado, o usé palabras de forma errada, es tan solo que dejé salir las palabras... que no importó cómo escribir ... simplemente hacerlo, liberar un poco de lo que está cautivo muy adentro.
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