domingo, noviembre 25, 2007

nada...

Hoy no sé en qué creo, ni qué vivo o qué sueño (si acaso resta algún esbozo de ilusión)
No distingo entre mis deseos aquel que me haga salir del encierro, no sé si quiero o si me importa ver la luz.
Pienso que quizá encerrarse no necesariamente sea esconderse, y no creo que el escondite esté siempre en el encierro.
Tal vez hoy sienta que no sé qué es lo que quiero, tal vez ya me cansé de que no llegue lo que espero.

miércoles, noviembre 21, 2007

delgada línea

Ni mitad llena ni vacía, la mirada se posa en la mismísima línea en que se enfrenta lo que es con lo que pudo ser.
Mezcla insolente de tristeza y alegría. Saber que si estoy donde estoy es por aquello que tuve y hoy me falta, por las huellas marcadas, los caminos que no hube de andar, no alcanza para impedir que llegue a doler el recuerdo de lo que no fue.
Cóctel que suelo beber y me embriaga, deja un sabor extraño, una sensación confusa. Me hipnotiza la copa en la que observo ese horizonte. Acaricio el pasado...
espero no olvidar ni dejar de sentir los abrazos del presente.

martes, noviembre 13, 2007

Despertar...


Correr las cortinas y dejar entrar la luz, no todas las mañanas es fácil. Animarse a abrir las ventanas y respirar otro aire aveces cuesta... Pero cuando se puede, cuando entra el az de luz para limpiar las sombras de los oscuros rincones llenos de vacíos, cuando el aire se renueva y revuelve las horas inhertes de días que apilan instantes descoloridos, cuando el paisaje devuelve verde y el alma siente el abrazo amigo, noto por qué vale la pena seguir luchando, entonces la vida vuelve a cobrar sentido.

jueves, noviembre 01, 2007

ausencia


Deja su cuerpo entre la gente y se va.
Se rodea de voces, de ojos, de bocas, decide estar ahí y seguir sola. Quizá mira de reojo, u oye algún comentario y se acerca un poco. Alguna vez amaga hacerse presente, emite algún sonido y luego regresa a ese otro lugar tan dentro suyo que se aleja de todos, de sí.
La lejanía le incomoda cuando de ella es consciente y no puede decidir dónde es que quiere estar. Siente necesaria su ausencia en momentos en los que no se tolera, en los que no puede con el aire que respira oxigenar su alma, en esos ratos en los que se siente, apenas, dueña de la nada. Se refugia en un abismo oscuro y se pierde buscnado su sombra donde ni eso tiene.