jueves, noviembre 01, 2007

ausencia


Deja su cuerpo entre la gente y se va.
Se rodea de voces, de ojos, de bocas, decide estar ahí y seguir sola. Quizá mira de reojo, u oye algún comentario y se acerca un poco. Alguna vez amaga hacerse presente, emite algún sonido y luego regresa a ese otro lugar tan dentro suyo que se aleja de todos, de sí.
La lejanía le incomoda cuando de ella es consciente y no puede decidir dónde es que quiere estar. Siente necesaria su ausencia en momentos en los que no se tolera, en los que no puede con el aire que respira oxigenar su alma, en esos ratos en los que se siente, apenas, dueña de la nada. Se refugia en un abismo oscuro y se pierde buscnado su sombra donde ni eso tiene.







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