martes, julio 25, 2006

Casa de muñecas


La porcelana brillante de sus ojos miran fijo a ningún lugar, en la habitación más amplia del castillo de cartón donde se esconde.
Entra por la ventana el brillo del sol de celofán, que cuelga entre las nubes de pelusa. El cielo está casi casi gris. Algunas gotas de cristal se marearon y cayeron al colchón de verdes hojas de papel arrancadas por el fuerte viento de la mañana; y sus ojos miran siempre al mismo lugar... a ningún lugar, y su sol no da calor.
Quieta, entre frágiles paredes de cartón, su encierro es en una prisión invisible, la prisión que ella misma creó.

viernes, julio 14, 2006

Earth angel


Refugiada entre las nubes de los sueños no vividos, me cubro de ilusiones para no sufrir. Me abraza el viento, me besa el sol con esos besos que te robó con el fulgor de la mañana y que mi boca espera cada madrugada, haciendo menos difícil despertar pero más duro mantener la vigilia.
Me escondo en este cielo, donde parecieras tan cercano, para huir de tu lejanía.
Espero un rayo de valor para decir lo que siento, y así dejar de vivir en un cuento. Espero dejar de esperarte, despertar... lograr hablarte. Decirte lo que escribo entre líneas... no sé si ya te hallaste entre mis versos, si te ves en mis ojos, que solo a vos te ven, y no es eso lo que quiero.
Quiero vivir, ángel... camina conmigo, o bajame a la tierra y vuelve a tu cielo.

martes, julio 11, 2006

¿?¿?¿?¿?


Todavía hay cosas que no entiendo, otras tantas que olvidé (o me hice olvidar), y algunas que no llegué a interpretar, y no sé qué escondieron... y esa es la bronca.

Por sentir que me abandonaste, que nos dejaste ir.
Por no saber lo que sentiste, si es que acaso te importaba.
El dolor de saber que estabas lejos pero no si me extrañabas.

Un agujero hay en mi pecho en donde se esconde el sufrimiento,

quizá logre, algún día, contarte de la herida que hay en este corazón.

Pero hoy no logro hablarte, no sé qué nos separó, ni cómo hacer para que puedas escucharme
A veces cuesta hasta mirarte, y encontrarte es difícil aún estando junto a vos.

Y vos... vos nos llevaste, acaso sabíamos la razón?
Por qué volvimos? Por qué así? Para qué irte si no querías partir?
Por qué no te jugaste del todo, no terminaste de decidir?

Para qué meternos en el juego y confundir... por qué me angustio, después de tanto tiempo?

lunes, julio 10, 2006

catarsis...


A veces sé que canso, pero es necesario y pertinente al equilibrio de mi ser, el desahogo de estos dolores. Segura de que podrían tornarse alegría, si tan solo desbloqueara mi mente, y descontracturara al corazón que hago bombear contra el torrente sanguíneo, tan libre en la prisión de esta piel...
A veces sé que no dejo fluir las palabras, que aprisiono pasiones, que lloro en silencio secando mis lágrimas desde adentro.
A veces, solo aveces, me doy cuenta de eso. De que contengo mi voz, y por poco no enmudezco.

Si no me exigiera tanto control, ¡ay! qué sería de mi cuerpo.
Qué dirían estos labios que se mueren por rozarte, recorrerte y desnudarte con besos. Qué harían estas manos, atiborradas de deseo. Cómo apartarían estos ojos la mirada de los tuyos que me evitan y, sé, pueden ver que te quiero (Qué haría yo, si me doy cuenta de que puedo hacerlo)

A veces, solo a veces me doy cuenta de que no me hace muy bien soñar este sueño; entonces pienso en contarte que por vos estoy muriendo.
A veces, pienso que me guardo este (casi) secreto porque no me animo a cargar la realidad con mi cuerpo; que es más fácil fantasear que sentir, arriesgar... que ver qué es lo que quiero y empezar a luchar por ello. Aveces pienso que es comodidad, otras siento que es miedo.
si le falta coherencia a lo escrito, si está mal redactado, o usé palabras de forma errada, es tan solo que dejé salir las palabras... que no importó cómo escribir ... simplemente hacerlo, liberar un poco de lo que está cautivo muy adentro.

miércoles, julio 05, 2006

Náufraga


Nadaba entre murmullos, se ahogaba entre la gente, se hundía en las arenas movedizas de la soledad, y cuanto más intentaba zafarse más lejos y difícil la salida. Las ilusorias cuerdas no ayudaban, porque por más que la sujetaran, nadie tiraba del otro lado. Era como enroscarse solamente, usar salvavidas de papel, pretender agarrar el aire y sujetarse de él, sentir el abrazo detrás de la coraza que ocultaba a su ser, querer escapar del frío de la soledad colocándose al sol... sol que se esconde en invierno, sol que no da amor.
-comenzado el 15/06-