Tal vez no encuentre un amor para toda la vida,
Empero, me encontraré una vida entera amando...
Tan simple que complica. Emociones, sentimientos, preguntas, quizá alguna respuesta. Así en estado bruto, desde antes de ser madre y ahora en pleno puerperio. Un alma que se manifiesta mediante la palabra (cuando puede). Tratando de embellecer lo más 'feo' de todo lo que me pasa, y relucir lo más hermoso, de eso se trata.
sábado, julio 23, 2011
lunes, julio 18, 2011
Ahistórica
Entra.
Cientos de cuerpos aparecen intermitentemente, aguardan. Alguno tal vez espera su llegada.
Se inserta y escabulle entre las voces a las cuales no se les logra entender nada, apagadas por el ruido estridente de un entorno confundido, aturdido.
Mira. Luces y sombras aparecen y se van así como si nada. Interceptan, agarran.
Oye. Pasan a su lado bocas que verbalizan incomprensibles palabras susurradas al oído, besan, lamen, se escapan.
Toca, más bien roza, empuja, presiona, golpea. Sudores, pieles, cabellos, formas, nadas.
Huele. Mezcla de hormonas alocadas y perfume caro que envuelve, atrapa. Alientos alcoholizados, embriagados de noche de días cansados, agitados de ciudad.
Saborea esa mezcla de locura nocturna, alegría de borrachera y tristeza de realidad, gusto a soledades que se reúnen, se acompañan en fantasías, se engañan.
Ahí, metida entre imágenes, sonidos, sabores, sensaciones, olores, perdida, olvida el pasado, niega un futuro, reniega el presente y vive un sintiempo vertiginoso pero segurizante, o que permite disfrazar sus inseguridades, al menos por una noche más.
Cientos de cuerpos aparecen intermitentemente, aguardan. Alguno tal vez espera su llegada.
Se inserta y escabulle entre las voces a las cuales no se les logra entender nada, apagadas por el ruido estridente de un entorno confundido, aturdido.
Mira. Luces y sombras aparecen y se van así como si nada. Interceptan, agarran.
Oye. Pasan a su lado bocas que verbalizan incomprensibles palabras susurradas al oído, besan, lamen, se escapan.
Toca, más bien roza, empuja, presiona, golpea. Sudores, pieles, cabellos, formas, nadas.
Huele. Mezcla de hormonas alocadas y perfume caro que envuelve, atrapa. Alientos alcoholizados, embriagados de noche de días cansados, agitados de ciudad.
Saborea esa mezcla de locura nocturna, alegría de borrachera y tristeza de realidad, gusto a soledades que se reúnen, se acompañan en fantasías, se engañan.
Ahí, metida entre imágenes, sonidos, sabores, sensaciones, olores, perdida, olvida el pasado, niega un futuro, reniega el presente y vive un sintiempo vertiginoso pero segurizante, o que permite disfrazar sus inseguridades, al menos por una noche más.
Etiquetas:
de una ilusa,
historias sin historia
martes, julio 12, 2011
lunes, julio 11, 2011
Nadie
A ud. le digo. No le voy a mentir, no está en mi naturaleza, no puedo, no me sale. Nací transparente y así me gusta ser, aunque aveces duela.
A ud., sí. Le advierto que si decido desnudarme ante sus ojos y deja que así suceda, deberá atenerse a las consecuencias. Me hice dadivosa y así aprendí a querer. Aunque debo admitir que lo que doy también demando, y aveces, incluso, hasta exijo un poquito más.
Le digo también, y le pido, que si se resuelve a elegir un nombre, un rostro, un aroma, una boca, una voz, un cuerpo, no dude en presentármelos y, si tiene ganas, compartirlos. Pero si ha de seguir errante, buscando en cada hombre atractivo que se cruce en mi camino establecer fugazmente su semblante, si pretende seguir vagando por cuerpos pasantes, entonces apúrese y no titubee; cambie rápido antes de que pueda reconocerle en ojos que no serán los suyos, que no querrán más que mirarme un instante. No prolongue su estadía ni postergue su partida. No sea cosa que me de por empezar a quererlo.
Avísieme así, por las dudas, quizá sea yo la que se corra de este lugar a tiempo, y vuelva a esconderme, anularme, buscarlo en otro y otro cuerpo.
A ud., sí. Le advierto que si decido desnudarme ante sus ojos y deja que así suceda, deberá atenerse a las consecuencias. Me hice dadivosa y así aprendí a querer. Aunque debo admitir que lo que doy también demando, y aveces, incluso, hasta exijo un poquito más.
Le digo también, y le pido, que si se resuelve a elegir un nombre, un rostro, un aroma, una boca, una voz, un cuerpo, no dude en presentármelos y, si tiene ganas, compartirlos. Pero si ha de seguir errante, buscando en cada hombre atractivo que se cruce en mi camino establecer fugazmente su semblante, si pretende seguir vagando por cuerpos pasantes, entonces apúrese y no titubee; cambie rápido antes de que pueda reconocerle en ojos que no serán los suyos, que no querrán más que mirarme un instante. No prolongue su estadía ni postergue su partida. No sea cosa que me de por empezar a quererlo.
Avísieme así, por las dudas, quizá sea yo la que se corra de este lugar a tiempo, y vuelva a esconderme, anularme, buscarlo en otro y otro cuerpo.
sábado, julio 09, 2011
Ellas II
Sin saber cómo, sin esperar nada, queriendo, de a poco, profundo, bien adentro del alma llegaron a dejar su marca, a llenar de afecto y alegría un corazón que se enriquece en cada encuentro, en cada dar y recibir, en compartir algo de vida, seguir creciendo.
Nos perdemos, nos encontramos, nos alejamos, volvemos, estamos.
Ya ni sé qué es lo que nos une, no tiene nombre, no se ve ni se oye, se siente, y siento que son una parte enorme de lo que soy; que aunque pueda, no elegiría tenerlas lejos. Que si están lejos, las siento cerca; que son el amor que me alimenta.
Nos perdemos, nos encontramos, nos alejamos, volvemos, estamos.
Ya ni sé qué es lo que nos une, no tiene nombre, no se ve ni se oye, se siente, y siento que son una parte enorme de lo que soy; que aunque pueda, no elegiría tenerlas lejos. Que si están lejos, las siento cerca; que son el amor que me alimenta.
domingo, julio 03, 2011
madrugada y sin saber qué decir
sin palabras, sin sentido,
vacía
sin esperar nada
sin dar
enredada entre el pasado y el presente,
sin futuro
qué tengo yo para dar más que caricias, besos, miradas? tal vez algo de cariño, y un poco de mi alma?
Cuánto valen estas manos que no tienen qué palpar, estos pies que caminan por el simple hecho de andar?
Cuánto valen estos ojos si contemplan y se nublan ante tanta belleza. Se obnubilan, se desbordan y no saben qué hacer con ella.
Qué vale esta voz que ya casi no canta.
De qué valgo yo, si me oculto hasta de mí; si por temor a ser poco no hago más que anularme; si me encierro de nuevo, me congelo, me pierdo.
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