miércoles, octubre 05, 2005

La danza


Llega la noche al lugar e instala su oscuridad que se interrumpe por la intermitencia de las caprichosas luces que cuando quieren iluminan, y cuando quieren se van, dándole golpes espasmódicos a los visitantes nocturnos.
Invitada a la fiesta, entra de golpe la música, que invade cada rincón, cada célula de los cuerpos que de a poco van dejándola adueñarse de sus movimientos, y tomar control de la situación incitándolos a entrar en la danza sin saber cuando va a acabar. Quizá los primeros rayos del sol invite a detener la exitación del momento, quizá ese sea solo el comienzo. Se hablan, se empapan en la lluvia salada que emborracha la noche con solo tocarla, y el movimiento se hace palabra... y con eso alcanza para sentirse feliz.

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