
De pronto hizo falta tenerte, necesité extrañarte, querer volver a verte. Invadieron los recuerdos repentinamente y me hicieron dar cuenta de que en este tiempo jamás pude llorarte todas las lágrimas que hasta hoy guardo, quizá haciendome la fuerte. Me hizo falta tu alegría y quizá algún enojo... tu sensillez, tu pureza, la ternura que se te escapaba por los poros aún habiéndola encerrado tras murallas, tus bromas me faltaron de repente, esas bromas inoscentes. |
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