Me pregunto cuántas veces más va a entrar en mí este vacío. Cuántas noches de alplax serán necesarias para dormir tranquila, cuántos días para poder vivirlos.
Me pregunto si va a ser así por siempre o algún día el sol en mi alma va a hacer nido.
Aunque muchos digan que les pasa, estos momentos de angustia son solo míos. Aunque crean entenderme y pretenda yo entender sus tormentos, cada uno carga con su peso y algunas veces es casi imposible compartirlo.
Yo no sé ni qué me falta, y lo que tengo lo celebro, lo aprecio, lo vivo. Y sin embargo en mi pecho me estrangula un ser que parece provenir de las tinieblas, del rincón más oscuro y frío. Hoy quiero cortarme sin llegar a las venas, para hacer carne este dolor que me invade y seguir viviendo, porque sé que cuando esto pasa nuevamente siento que respiro.
Tan simple que complica. Emociones, sentimientos, preguntas, quizá alguna respuesta. Así en estado bruto, desde antes de ser madre y ahora en pleno puerperio. Un alma que se manifiesta mediante la palabra (cuando puede). Tratando de embellecer lo más 'feo' de todo lo que me pasa, y relucir lo más hermoso, de eso se trata.
martes, abril 28, 2015
sábado, abril 11, 2015
Quién soy yo para juzgar tus mambos, si no puedo con los míos, si mi oscuridad me ciega a mí como a vos la tuya, si no somos impermeables y tanto como a mí te mojan las tormentas...
El amor, entrometido, se nos cruzó e interceptó nuestros caminos. Caminos que por ir juntos no significa que sean los mismos. Mis baches son solo míos, aunque a veces te hagan tropezar a vos también, aunque los tuyos me tiren de vez en cuando al piso si ando desprevenida por tu terreno. Mientras siga por acá este intruso que ya se nos hizo amigos, mientras decidamos dejarlo andar por nuestro rumbo o decida él seguirnos, caigamos juntos, levantémonos, tropecemos, dejá que yo caiga y ayudame a volver, o tendé tu mano y yo voy a ser también quien te acompañe.
Mientras nos banquemos tus mambos y los mios y no separen nuestros caminos alejando al entrometido.
El amor, entrometido, se nos cruzó e interceptó nuestros caminos. Caminos que por ir juntos no significa que sean los mismos. Mis baches son solo míos, aunque a veces te hagan tropezar a vos también, aunque los tuyos me tiren de vez en cuando al piso si ando desprevenida por tu terreno. Mientras siga por acá este intruso que ya se nos hizo amigos, mientras decidamos dejarlo andar por nuestro rumbo o decida él seguirnos, caigamos juntos, levantémonos, tropecemos, dejá que yo caiga y ayudame a volver, o tendé tu mano y yo voy a ser también quien te acompañe.
Mientras nos banquemos tus mambos y los mios y no separen nuestros caminos alejando al entrometido.
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