Tiempo de darme tiempo, de esperar, dejar el agua correr. Tiempo de pensar que todo va a mejorar, que puedo intentarlo, que voy a crecer.
Es tiempo de respirar profundo, de buscar la calma y permitir que las cosas sean lo que son para decidir luego si es que quiero o no cambiarlas.
Ya es tiempo de empezar a respetar lo que soy, lo que fui, lo que seré. De dejar de lado lo que debería ser.
Llegan tiempos de soledad, de esa soledad que habilita el encuentro. Tiempo de mirar adentro y encontrar lo que realmente siento para luego dejar que la voz salga.
Es tiempo de apropiarme del tiempo.
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