1,2,3,4 copas y tal vez vuelva a hablarte. Es que aquello que creí real se desdibuja y necesito ahora un poco más de coraje para poder enfrentarte y no derramar lágrimas, para que no me creas frágil, para no temer mirarte.
Frágil dejo de ser cuando vuelvo a reafirmarme. Mi fortaleza está en poder enfrentar mis debilidades, en animarme, en que no me importe romperme si después de eso puedo crecer, volver a intentar, cambiar, dejar que las cosas cambien.
Seguí tu camino cobarde, seguro, infame, a ninguna parte. Yo iré por el mío, tal vez un poco errante, pero segura de que así y todo sigo, no me freno, voy a encontrarme.
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