Mil caminos que confluyen en un mismo lugar, desembocan millones de ríos en ese exacto punto en el que intentaba respirar. Como en una avenida en hora pico, miles y miles de pensamientos se atascan, se frenan si querer frenar, desesperados por llegar a destino. Se escuchan las bocinas sin cesar, aturden, desesperan, enloquecen. Un enjambre alrededor de mi cabeza, montones de preguntas y sus respuestas se entrecruzan y me encierran, y me ciegan. Que salga como salga, solo quiero gritar, escapar de mí por un momento, hasta poder volver
a ser.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario