miércoles, diciembre 12, 2007

El ovillo

Tiempo para pensar, en el mejor de los casos, en nada. el aburrimiento pone frente a mí la pantalla que muestra aquello que no quiero ver: el vacío, las horas en que nada parece ser lo que quiero, si acaso eso existe.
Millones de caminos enredados en el punto de partida, quizá no sean tantos en realidad, pero parecen infinitos y me estanco, esperando ver la punta que me permita comenzar a desenredar el camino y así poder andar el presente.
Tiempo para pensar que el tiempo pasa sin pasar, que todo parece detenerse mientras envejece mi juventud en una quietud agobiante.
Que no me encuentre la vejez antes de poder empezar a tejer la trama de mi vida...

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