De las soledades que viví, tal vez la de hoy sea la más pesada. No sé si por ser actual, o por llevar la más hermosa carga.
La soledad de madre es, para mí, la más ardua. Es tener que estar fuerte para evitar a mis tormentos arrastrarla. Es desear desgarrarme y sentir las amarras. Es la pelea constante, el no poder sumergirme y, sin embargo, ahogarme. Es congelar los sentidos, para no abrumarme. La soledad de madre es la soledad negada, escondida, olvidada. Es la que no puede ser, pero está siempre presente, apretando, acechando, mirando de reojo, pisando los talones, apuntando firme al pecho, amenazando. No podés escaparte porque hay alguien a quien cuidar y, al mismo tiempo eso es lo que te obliga a pelear...
Tan simple que complica. Emociones, sentimientos, preguntas, quizá alguna respuesta. Así en estado bruto, desde antes de ser madre y ahora en pleno puerperio. Un alma que se manifiesta mediante la palabra (cuando puede). Tratando de embellecer lo más 'feo' de todo lo que me pasa, y relucir lo más hermoso, de eso se trata.
sábado, diciembre 15, 2018
domingo, diciembre 09, 2018
No sé a qué venís, sé que no te vas, y que no me atrevo a echarte
que te llamo con mi pensamiento, con mi cuerpo, que no paro de desearte
No sé dónde quedamos vos y yo. Sé que estás en tu mundo y yo en el mío
pero hay momentos en que el pasado es tan presente que me siento besarte
Dónde queda quien soy hoy en todo esto?
Dónde está esa que fui y hoy ya no encuentro?
que te llamo con mi pensamiento, con mi cuerpo, que no paro de desearte
No sé dónde quedamos vos y yo. Sé que estás en tu mundo y yo en el mío
pero hay momentos en que el pasado es tan presente que me siento besarte
Dónde queda quien soy hoy en todo esto?
Dónde está esa que fui y hoy ya no encuentro?
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