Aveces todo se mezcla, se confunde, se nubla, se revuelve y me marea.
Otras veces no entiendo nada de lo que me rodea.
Están los días en que todo alrededor me aturde, me enceguece, me irrita, me desvela.
Segundos que parecen horas, angustias que parecen eternas.
Está también tu sonrisa, tu mirada, esa luz que me consuela.
Está esa simple presencia que al surgir me ilumina y pacifica tinieblas.
Está en tus manos la caricia que me trae otra vez a la tierra
que le da contorno a mi cuerpo que así el calor recupera...
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