El frío me encerró.
Tu frío cerró las puertas
y te fuiste así
dejándome helada
sin saber qué hacer
adonde ir.
¿Qué poder tendrás?
Manejás las estaciones,
hacés llegar el sol
cuando querés
y si querés
te lo llevás.
¿Qué poder tendrás?
Manejás mis emociones,
en mí nace el calor
cuando querés
y si querés
me helás.
Tan simple que complica. Emociones, sentimientos, preguntas, quizá alguna respuesta. Así en estado bruto, desde antes de ser madre y ahora en pleno puerperio. Un alma que se manifiesta mediante la palabra (cuando puede). Tratando de embellecer lo más 'feo' de todo lo que me pasa, y relucir lo más hermoso, de eso se trata.
lunes, julio 26, 2010
sábado, julio 17, 2010
Casi sin querer.( Deseo)
Otra vez, como todos los días, te levantás. Casi en piloto automático, comienza tu ceremonial: la mano izquierda destapa el cuerpo semidesnudo, semidespierto. Inspirás hondo, en torsión, la misma mano se apoya en el colchón y empuja el cuerpo, semidespierto, semidesnudo. Baja una pierna, la otra y te levantás. Un largo bostezo, te desperezás, das los seis pasos de todas las mañanas hacia el baño, llegás frente al espejo, mirás. Abrís la canilla, juntás en tus manos como cuenco el agua que luego limpia los restos de noche de tu cara. Cerrás la canilla. Tomás, como todas las mañanas, el cepillo de dientes al que le untás de pasta y cepillás. Enjuagás. Media vuelta, dos pasos, te bajás el boxer y descargás más restos de noche, otros. Volvés en tus pasos y mirás tu cama, fuera de programa rutinario, esta (otra) vez está ocupada. Ni vos sabés qué pensas, si en algo hay que pensar. Te mira, sonríe, ni ella sabe qué pensar, si hay algo en qué pensar. Te acercás, te sentás, posás tu mano sobre su cadera, toma tu mano, te acaricia, te mira tan fijamente que no entendés cómo puede estar pensando en nada... contemplar. Tira de tu brazo y ahí estás otra vez, acostado sobre ella -tal vez sin querer, pero deseando- y así, de golpe, se dan, nuevamente, la piel.
Como siempre que te visita, casi en piloto automático, nuevamente arrancaste: te levantaste de tu cama, buscaste el boxer entre las sábanas, vestiste tu ropa interior, la mano izquierda destapó el cuerpo semidesnudo, ahora despierto. Inspiraste hondo, en torsión, la misma mano se apoyó en el colchón y empujó el cuerpo. Bajó una pierna, la otra, te levantaste y fuiste al baño en seis pasos para entrar, abrir la canilla, juntar agua entre tus manos y limpiar otros restos -ahora matutinos-, mirarte al espejo, no saber qué pensar y salir. La miraste mientras se vestía, te miró y sonrió. Entendió.
Siete pasos al baño, al tercero pasa por vos, te da un beso y sigue. Llega, se para frente al espejo, se mira, se piensa... no piensa. Saca el cepillo de dientes del bolsillo, usa un poco de tu pasta, se lava. Escupe, enjuaga, se enjuaga. Guarda otra vez en el bolsillo, llena sus manos cual cuenco y limpia de su cara los restos del encuentro consumado. Sale, se miran, un beso más, tal vez un abrazo de cinco segundos, o dos. Se separan. Toma su bolso de arriba de la cama, espera que salgas, te sigue.
Abrís la puerta, un beso y se limpian los últimos rastros de este (otro) encuentro;
quién sabe, algo quedó.
Como siempre que te visita, casi en piloto automático, nuevamente arrancaste: te levantaste de tu cama, buscaste el boxer entre las sábanas, vestiste tu ropa interior, la mano izquierda destapó el cuerpo semidesnudo, ahora despierto. Inspiraste hondo, en torsión, la misma mano se apoyó en el colchón y empujó el cuerpo. Bajó una pierna, la otra, te levantaste y fuiste al baño en seis pasos para entrar, abrir la canilla, juntar agua entre tus manos y limpiar otros restos -ahora matutinos-, mirarte al espejo, no saber qué pensar y salir. La miraste mientras se vestía, te miró y sonrió. Entendió.
Siete pasos al baño, al tercero pasa por vos, te da un beso y sigue. Llega, se para frente al espejo, se mira, se piensa... no piensa. Saca el cepillo de dientes del bolsillo, usa un poco de tu pasta, se lava. Escupe, enjuaga, se enjuaga. Guarda otra vez en el bolsillo, llena sus manos cual cuenco y limpia de su cara los restos del encuentro consumado. Sale, se miran, un beso más, tal vez un abrazo de cinco segundos, o dos. Se separan. Toma su bolso de arriba de la cama, espera que salgas, te sigue.
Abrís la puerta, un beso y se limpian los últimos rastros de este (otro) encuentro;
quién sabe, algo quedó.
miércoles, julio 14, 2010
Danza
Que no pare el movimiento
hacé la sangre circular
sacudí todos tus huesos
quiero vernos bailar
que se choquen nuestros cuerpos
empecemos a gozar
hoy nada va a detenernos
somos los dueños del lugar
te perdés y yo me pierdo
me buscás y me encontrás
perdemos noción del tiempo
no importa nada más
que no pare el movimiento
hacé mi sangre circular
sacudí todos mis huesos
no paremos de bailar
(así)
hacé la sangre circular
sacudí todos tus huesos
quiero vernos bailar
que se choquen nuestros cuerpos
empecemos a gozar
hoy nada va a detenernos
somos los dueños del lugar
te perdés y yo me pierdo
me buscás y me encontrás
perdemos noción del tiempo
no importa nada más
que no pare el movimiento
hacé mi sangre circular
sacudí todos mis huesos
no paremos de bailar
(así)
martes, julio 06, 2010
Neverland
Me refugio en mi fantasía. En mi novela romántica. Nací así, o así me hice. Ahí aprendí a volar, a tejer sueños. Ahí me protejo. Entre hilos de sueño que suelen enredarse si en mi vuelo me acerco demasiado a los de la realidad.
Prefiero quedarme de este lado. Tejiendo, volando, soñando. Llena de ilusión, de ganas, de abrazos. Ojos inundados de brillo y deseo.
y esa sonrisa... quizá tus besos.
No me importa caer de nuevo
Prefiero quedarme de este lado. Tejiendo, volando, soñando. Llena de ilusión, de ganas, de abrazos. Ojos inundados de brillo y deseo.
y esa sonrisa... quizá tus besos.
No me importa caer de nuevo
domingo, julio 04, 2010
sábado, julio 03, 2010
y qué
¿y qué si me quiero perder entre tus sábanas para encontrarme entre tus brazos?
y qué hago si no sé qué hacer con eso, si olvidé cómo decirlo
si no sé si me esperás
y qué hago si no sé qué hacer con eso, si olvidé cómo decirlo
si no sé si me esperás
viernes, julio 02, 2010
bicicleta
Pasa el mundo a mi lado
todo mal se queda atrás por un momento
solo la brisa me acompaña
tal vez una canción
y viajo en esa melodía
me voy...
todo verde alrededor
la marea de cemento se se hace pasto
lo siento, todo vuelve a brillar
calor del sol
levanto vuelo entre los árboles
soy yo...
todo mal se queda atrás por un momento
solo la brisa me acompaña
tal vez una canción
y viajo en esa melodía
me voy...
todo verde alrededor
la marea de cemento se se hace pasto
lo siento, todo vuelve a brillar
calor del sol
levanto vuelo entre los árboles
soy yo...
tontita
Tal vez me refugie en el orgullo otra vez. Vista nuevamente mis aires de superada y guarde el rencor como escudo al alma.
No voy a odiar porque no puedo, porque si pienso dos segundos no tengo por qué: soy yo la que aceptó ser solo cuerpo...
Mientras tanto voy a seguir vagando entre el orgullo y la humildad. Llamaré de vez en cuando, si la líbido demanda y después... dejaré que llore el alma
una vez más.
No voy a odiar porque no puedo, porque si pienso dos segundos no tengo por qué: soy yo la que aceptó ser solo cuerpo...
Mientras tanto voy a seguir vagando entre el orgullo y la humildad. Llamaré de vez en cuando, si la líbido demanda y después... dejaré que llore el alma
una vez más.
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