mucho, poquito, nada

La copa llena no alcanza y se desborda. Servir más es en vano, pero no paro y solo derramo por ahí aquello con lo que busco calmar esta sed.
Puedo decir tantas palabras sin decir nada. Gritar tan fuerte y sentir que nadie escucha... y las palabras que me digas no bastan, ni las suyas ni las mías, ni los silencios serán lo suficientemente prolongados como para lograr la clama. No alcanzan las horas de sueño como para descanzar, ni las de vigilia para hacer lo que quisiera hacer.
No entro en este espacio, y sinembargo las distancias son inmensas. Y con un beso no hago nada si no hay otro luego, y un abrazo no me abraza, no si no es más que eso.
Así exijo y nada obtengo, porque nunca es suficiente.

rutina

camino las calles de siempre, hago el mismo camino, quizá con alguna variación, pero nada es nuevo, y sinembargo sorprende, cuando el aire se aparta del smog y puedo sentir el oxígeno que entra en mí. cuando la cuidad se esconde y al fin encuentro la textura que mi piel necesitaba sentir. un poco de paz y mis ojos descanzan en un haz que desprende el sol y llega hasta mis huesos borrando momentaneamente el frío del invierno. el murmullo de las hojas se impone ante el ruido de ciudad y es arrullo que calma mis ansiedades. el verde colchón imaginario avanza sobre el asfalto y sirve para reposar un cuerpo cansado de falta de abrazos. siento las caricias de la brisa matutina, acarician mis dedos las cortezas de los árboles y me invento en companía entre tanta soledad.

Faltas

El cuerpo reclama, pide, espera, exige, necesita, desespera. Cada rincón extraña, cada centímetro busca y no encuentra, una a una las células se retuercen, se secan, la piel se quiebra.
Brazos, manos, dedos, uñas sienten la falta. Tanteo, y nada. Solo por momentos pareciera mi mano acariciar una esperanza, pero se escabulle, se pierde entre las sábanas y ya no está para darme calor cuando intento conciliar el sueño, ni a mi lado al despertar.
Quiero soñar con alguien, y no soñarlo nada más.